Deuda Pública y Bonos del Tesoro: El Pilar Frágil del Nuevo Orden Económico Global
El mercado de bonos, particularmente los Bonos del Tesoro de Estados Unidos, emerge como el eslabón débil en el nuevo marco económico global que la administración Trump busca establecer con gran ambición. Esta evaluación se respalda en un documento clave titulado A User’s Guide to Restructuring the Global Trading System. Aunque no se trata de una publicación oficial, este documento, publicado en noviembre de 2016 por Stephen Miran, en ese entonces investigador del Manhattan Institute y ahora principal asesor económico de la administración Trump, tiene un peso significativo.
El documento no solo proporciona un plan detallado de las políticas económicas que guiarán al gobierno estadounidense, sino que también conecta estos planes con la seguridad nacional. Según este enfoque, el comercio global, la reindustrialización de Estados Unidos y la fuerza militar están inextricablemente vinculados. Una base industrial fuerte sostendrá la dominación militar, que a su vez garantizará la seguridad nacional. Alcanzar estos objetivos requiere un replanteamiento radical de las relaciones comerciales y de los acuerdos internacionales con aliados, rivales y actores neutrales.
El Papel Crítico de la Deuda Pública
Miran identifica la gestión de la deuda pública y el control de las tasas de interés como los desafíos centrales de esta estrategia económica. Sorprendentemente, muchas preocupaciones tradicionales no aparecen como amenazas: se espera un crecimiento económico robusto; el dólar, a pesar de una devaluación planificada, seguirá siendo la moneda de reserva global; el mercado de valores se prevé dinámico gracias al impulso económico; y el empleo será impulsado por la recuperación industrial y políticas migratorias más estrictas. Incluso el déficit fiscal no se considera un problema grave, ya que se mitigará con mayores ingresos fiscales y una asignación más eficiente de los recursos.
El verdadero desafío radica en mantener los rendimientos de los Bonos del Tesoro en niveles manejables. Tasas excesivamente altas podrían suponer una carga para el Tesoro y frenar el crecimiento económico. Este problema se complica aún más debido a la naturaleza única de los Bonos del Tesoro: tradicionalmente considerados activos refugio durante períodos de crisis económica, podrían perder atractivo en un contexto de expansión económica.
La Reserva Federal y el Mercado de Bonos
La Reserva Federal, al menos hasta 2026, con un liderazgo predominantemente demócrata, probablemente no aliviará la carga del Tesoro. Su postura actual de quantitative tightening (reducción de la liquidez) podría agravar, en lugar de aliviar, la presión sobre el mercado de bonos.
Otro factor clave es el papel de los inversores extranjeros. El sistema económico global actual opera bajo un mecanismo cíclico: Estados Unidos importa bienes de China, Japón y Europa, pagándolos en dólares. Estos dólares se reinvierten en activos estadounidenses, incluidos los Bonos del Tesoro. Este ciclo virtuoso sostiene el dólar, los mercados bursátiles y los bonos.
El Riesgo de una Inversión en el Ciclo Virtuoso
La estrategia propuesta por Miran contempla dos fases distintas. En la primera fase, que podría durar entre seis meses y un año, el dólar se mantendrá fuerte, impulsado por la imposición de nuevos aranceles a las importaciones. Sin embargo, en la segunda fase, los aranceles podrían reducirse si los socios comerciales acuerdan revaluar sus monedas – el yuan, el yen y el euro. Este reajuste de los flujos de cuenta corriente podría reducir la entrada de dólares en los activos estadounidenses, interrumpiendo el mecanismo que hasta ahora ha sostenido a Wall Street y a los Bonos del Tesoro.
Un dólar débil de forma persistente también podría llevar a muchos inversores a diversificar sus carteras, reduciendo su exposición a bonos y acciones estadounidenses. En ese punto, Estados Unidos podría encontrarse con una base industrial más fuerte, pero con una demanda más débil de sus instrumentos de deuda.
Las Soluciones Propuestas
Para enfrentar estos desafíos, la administración estadounidense podría buscar compromisos vinculantes de sus socios comerciales. A cambio de una reducción de aranceles, estos socios podrían ser invitados a invertir en bonos del Tesoro a muy largo plazo, como los de 50 o 100 años, manteniéndolos congelados durante toda la duración de la emisión. Esto estabilizaría las tasas de interés a largo plazo al retirar una parte significativa de deuda del mercado.
Un Nuevo Acuerdo Internacional
La estrategia general requiere una coordinación internacional que recuerda al célebre Acuerdo Plaza de 1985, pero con ambiciones mucho más amplias. No solo se trataría de gestionar los tipos de cambio, sino de redefinir las relaciones geopolíticas, incluyendo aspectos como el gasto militar y las inversiones industriales directas.
Conclusión: Prepararse para el Futuro
El mercado de bonos se encuentra actualmente en una fase de transición. Aunque la debilidad actual de los bonos podría parecer excesiva en comparación con los estándares del pasado, probablemente se convertirá en la nueva normalidad. En los próximos meses, podría haber margen para una recuperación de los rendimientos, pero a largo plazo los inversores deberán prepararse para un entorno más incierto y complejo.
El desafío será navegar por esta fase intermedia mientras se anticipan los cambios estructurales que darán forma al nuevo orden económico global. El camino está lejos de estar libre de obstáculos, pero una gestión cuidadosa podría transformar estos desafíos en oportunidades para Estados Unidos y para los inversores internacionales.